Malapascua, la marca de ropa creada por jóvenes roceños, nace en 2020 en plena crisis sanitaria, cuando el mundo estaba en pausa. Su objetivo radica en crear ropa a la moda respetando al planeta, el cual pide a gritos poder respirar. Nosotros hemos querido hablar con sus jóvenes fundadores para saber un poco más de su nuevo negocio.
P: ¿Cómo surge la idea de crear una marca de ropa sostenible?
R: Tanto mi socio como yo llevábamos mucho tiempo queriendo montar un negocio propio. Sin embargo, teníamos claro desde el principio que queríamos generar un impacto positivo en el planeta y las comunidades, por lo que queríamos que toda la colección se realizase bajo estrictos criterios de sostenibilidad y comercio justo. El confinamiento que vivimos en marzo del difícil año 2020 fue el momento perfecto para ponernos manos a la obra en el desarrollo de la marca.
P: ¿Y el nombre?
R: El nombre viene de la diminuta isla de Malapascua, en Filipinas. Es una isla de apenas 2,5 kilómetros de largo por 1 kilómetro de ancho, sin carreteras ni coches. Todo el mundo va descalzo por la isla, es un lugar de conexión con la naturaleza y protección de los océanos. Además, es de los pocos lugares del mundo en los que se puede bucear con el tiburón zorro, en peligro de extinción.
P: ¿Qué técnicas utilizáis para ser realmente sostenibles?
R: Por un lado, utilizamos materiales orgánicos, que consumen una parte muy inferior de agua frente al algodón convencional, y no utilizan productos químicos ni tóxicos, lo que reduce enormemente el CO2 emitido a la atmósfera. Además, utilizamos poliéster reciclado, proveniente de botellas de plástico PET recicladas. Todas nuestras prendas son 100% veganas y de comercio justo, garantizando así el respeto hacia los animales y las comunidades.
P: ¿Supone más coste hacer la ropa con dichas técnicas?
R: Sin duda. Mucha gente dice que la moda sostenible es cara, pero el problema es el contraste que se genera en comparación con la moda convencional, que es literalmente demasiado barata. Convertir botellas de agua en ropa o aplicar técnicas de agricultura orgánica son procesos más caros pero sin duda generan un impacto positivo en el planeta. Por otro lado, pagar justamente a todos los trabajadores (desde el primer granjero de algodón) hace que la prenda se encarezca, pero debería ser así en toda la industria. Además, todo el proceso está certificado y esto también tiene un coste significativo.
P: ¿Creéis que podéis ser un ejemplo a seguir para otras marcas de ropa?
R: Ojalá así sea. Sinceramente, ahora nos vemos muy pequeños ya que hemos lanzado la marca hace apenas dos meses. Pero con inspirar a una sola persona y conseguir producir un cambio significativo, ya eso lo consideramos un éxito. Por suerte, muchas marcas de ropa están optando hacia formas de trabajo más sostenibles, así que no estamos solos en esta misión.
P: ¿Ha tenido buena acogida la marca, en general, y en Las Rozas en particular?
R: La verdad, estamos súper contentos con la acogida que ha tenido la marca desde el lanzamiento. A la gente le encanta la marca, nuestros productos y, sobre todo, nuestros valores, algo que nos enorgullece. En Las Rozas particularmente estamos encantados con nuestros vecinos. El otro día publicamos en el Foro de Las Rozas y la publicación se viralizó a una velocidad de vértigo, lo cual es increíble ya que nos ayuda a maximizar el mensaje de este impacto positivo que queremos generar. Y en Las Rozas, sin duda, notamos que la gente está muy concienciada con este movimiento sostenible.
P: Emprender siempre lleva sus riesgos, ¿os imaginabais lo que ibais a conseguir?
R: La realidad es que estamos muy contentos con esta gran aventura. Llevábamos mucho tiempo queriendo emprender, aún siendo conscientes de lo arriesgado que es, y se nos ocurrió hacerlo en plena crisis sanitaria, así que quizás doble de riesgo. Pero en Japón, la palabra «crisis» está compuesta por los proverbios «peligro» y «oportunidad», así que no lo dudamos ni un momento. Y somos conscientes de que esto apenas acaba de empezar, aún nos queda un enorme camino por recorrer.
P: Nuevo año, ideas nuevas ¿tenéis pensada alguna novedad para el año 2021?
R: ¿Alguna? ¡Infinitas! Tenemos los cristales de las ventanas totalmente pintarrajeados con ideas, así que iremos poco a poco ejecutando algunas de ellas. De entrada, ahora mismo estamos trabajando en un proyecto increíble con el que queremos mostrar un contenido que esperamos que deje a todo el mundo con la boca abierta. Y también muy pronto habrá sorpresas en cuanto a nuestra colección… ¡Y no quiero hacer más spoilers!
P: ¿Pensáis, en un futuro, en crear tienda física o preferís seguir decantándoos por lo online?
R: Nuestra idea de momento es dar más fuerza a la tienda online, aunque también tenemos presencia en algunos pop-ups y mercados, y toda nuestra colección también está presente de forma permanente en físico en la tienda Only Vegan, en la Plaza de Chueca. A futuro nos encantaría tener una tienda física propia, pero eso ya son palabras mayores. ¡Paso a paso!
P: ¿Las Rozas sería el lugar donde instalarla?
R: Sin duda sería una excelente opción. El tejido empresarial de Las Rozas es cada vez más rico y hay zonas increíbles a nivel comercial, además de que el público roceño, como comentaba antes, sentimos que está muy sensibilizado con la protección al planeta y sus comunidades. ¡Veremos qué nos depara el futuro!
P: ¿Qué es lo mejor de haber creado la marca?
R: Lo mejor es estar haciendo lo que queremos, que es generar un impacto positivo mientras trabajamos en lo que nos gusta. Además, hay otra cosa increíble, que es la cantidad de cosas nuevas que estamos aprendiendo. Siendo pocas personas en el equipo, todos hacemos de todo, y eso es súper enriquecedor tanto a nivel personal como a nivel profesional. ¡Es mejor que hacer un máster!