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/ 21 noviembre 2024

Juan González, director general de los Colegios Zola: «El factor humano es lo que diferencia a un buen colegio»

Juan González, director general de los Colegios Zola: «El factor humano es lo que diferencia a un buen colegio»

La innovación, el cuidado del medio ambiente y la atención a las emociones son pilares fundamentales en la filosofía del Colegio Zola de Las Rozas. Fue en 1992 cuando la familia Ibáñez adquiere este centro ubicado en la avenida de Esparta. Un eco-colegio que apuesta por la internalización y que cuenta con un profesorado dinámico e implicado. Entrevistamos al director general de los Colegios Zola, Juan González.

Háblenos del modelo educativo que encontramos en los colegios Zola.

El modelo educativo de los Colegios Zola se basa fundamentalmente en tres pilares. Por un lado, la innovación educativa. Javier Ibáñez, ex director general de los colegios, se plantea la innovación educativa como una forma de mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje en los colegios. La forma en la que se traduce es claramente una apuesta por las metodologías activas, huir de todo lo que sea exclusivamente una forma tradicional.

Otro pilar importante es la atención a las emociones. Hemos desarrollado nuestro propio programa llamado “pensamiento emocional”. Lo que hacemos es incorporar esta parte del conocimiento de la gestión de las emociones al proceso de aprendizaje. 

Se trata de incorporar a la parte de pensamiento una forma equilibrada de controlar las emociones. Ser capaz de expresarlas y conocer las emociones para facilitar el aprendizaje.

El tercer pilar es la internacionalización. Se hace una apuesta muy decidida por esta ella. La cara más visible es el tratamiento que damos al aprendizaje de las lenguas extranjeras. No sólo contamos con un proyecto bilingüe en los colegios Zola, sino que favorecemos el trabajo de internacionalización, fomentándolo con viajes, intercambios o con proyectos como el Erasmus. 

El centro de Las Rozas está acreditado como Centro Erasmus Plus, fuimos de los primeros en conseguir esta acreditación. Esto nos permite de forma gradual poder participar en diferentes iniciativas dentro del ámbito europeo. Por ejemplo, en el colegio de Las Rozas hemos recibido alumnos y profesorado de Croacia, Grecia, Francia y Alemania.

¿Qué edades tienen los alumnos que participan en el proyecto Erasmus del Colegio Zola?

Los alumnos que participan en estos proyectos normalmente se encuentran en la etapa de 4º de ESO o 1º de Bachillerato. Es una edad en la que sacan mucho partido a la experiencia.

En los últimos años se ha impulsado mucho estos proyectos. Tratamos de incorporarlo a lo que es el día a día del trabajo, que no sea sólo esa semana del año en la que vienen al centro unos alumnos de otros países, sino incorporar la temática en diferentes materias de humanidades, de idiomas o de ciencias.  Se trata de una experiencia global.

Aunque haya muchas similitudes entre los centros, cuéntenos. ¿Qué le diferencia al colegio Zola de Las Rozas del otro?

Cada centro tiene su personalidad que le diferencia por algo. Desde hace 7 años estamos tratando de incorporar estas singularidades para hacerlas propias del centro. En el caso del Colegio de Las Rozas, recogiendo la sensibilidad por el medio ambiente, se consiguió la bandera verde dentro de la red de ecoescuelas. A partir de ahí, creamos todo un proyecto de diferenciación que gira en torno a los objetivos del milenio y ahora a los objetivos de desarrollo sostenible de la UNESCO, que hemos llamado ´Zola Responsable´ que explora cómo trabajar desde el colegio a favor de la solidaridad, sostenibilidad y ayuda al desarrollo. Hemos incorporado estas ideas a todas las etapas para que se trabajen desde comienzo a fin de curso. 

En el caso de Villafranca, se ha especializado en el arte. Tenemos bachillerato de artes, hay escuela de música, escuela de danza. El proyecto de diferenciación lo que le hace es una estructuración en una línea de creatividad, de arte y de emociones.  Al igual que en Las Rozas trabajamos alrededor del desarrollo sostenible, allí lo hacen alrededor de estas habilidades y ayudan a desarrollar la creatividad. 

Tras la pandemia… habría muchas ganas de recuperar la normalidad. ¿Cómo afectó a los centros?

Totalmente, teníamos muchas ganas de volver a la normalidad. Es cierto que la respuesta que han dado los centros educativos ha sido muy buena. Creo que hemos respondido de una forma aceptable, manteniendo la presencialidad, con videollamadas, clases virtuales. Pero, había muchas ganas de volver a la normalidad, de juntarnos en el patio, de movernos libremente por el centro y de poder contar también con las familias, con su complicidad y apoyo, que estaba un poco limitado. Aquí ya la normalidad es prácticamente total, desde lo que sucede en el aula hasta los campamentos. 

Siguiendo con este tema, las nuevas tecnologías fueron fundamentales para mantenerse conectados. Podría decirse que ustedes ya iban adelantados en innovación, pero, ¿cree que ha servido de impulso para fomentar esta faceta en los colegios?

Totalmente. Hay muchas cosas que por suerte aquí partíamos de un punto de arranque bueno, que nos ha hecho que nos cueste menos. Aun así, hemos tenido que hacer un sobre esfuerzo todos, primero para los alumnos, ya que para ellos no era fácil el estar desde casa con todo lo que estaba pasando; luego para las familias; y después, para todos los docentes. 

Sí es cierto que en el centro llevábamos años viendo cómo incorporar la tecnología, que ha sido el hecho diferencial en ese momento de pandemia. La clave ha sido, los que estaban mejor preparados a nivel recursos, a nivel competencia digital, para atender a los alumnos desde casa. Nos exigía una metodología diferente puesto que no se podían aplicar los métodos tradicionales.

Ha hablado de las familias. En esos momentos necesitaban apoyo y alguien que les entendiera. ¿Cómo gestionaron esta situación?

Tuvimos que hacer una reflexión de qué era lo importante en cada momento para ir viendo lo que había. Primero atender esa angustia de lo que estaba pasando, teníamos que estar ahí y darles ese apoyo, tranquilizarles y después continuar con las materias de lengua, inglés, o lo que fuera. Era muy importante para nosotros que las familias contasen con nosotros.

Un colegio innovador y además comprometido, cuéntenos un poco más del proyecto ´Zola Responsable´.

Lo que hace este proyecto de ´Zola responsable´ es recoger esa sensibilidad que ya existía en las familias y en el profesorado sobre la atención y el cuidado al medio ambiente e incorporarlo a lo que es el proyecto educativo. Parte de la forma de ser de los colegios Zola que tiene que ver con la innovación pasa por darle importancia tanto a los contenidos que se trabajan como a las competencias que hay que desarrollar para poner en valor esos conocimientos. Nosotros pretendemos que los alumnos, cuando terminen su etapa con nosotros, sean competentes y sean conscientes de comprometerse con su entorno.

Formar parte de las ecoescuelas y tener la bandera verde hace que incorporemos actividades como tener un huerto escolar, hacer actividades puntuales de plantaciones, o participar en limpiezas de cauces de ríos con la ayuda del Ayuntamiento. No queríamos que fuese algo puntual o sólo de ciencias, sino que queríamos que se trabajara en todas las etapas.

¿Cómo trabajáis esta faceta responsable?

No queríamos que fuese algo más, algo extra, sino que queríamos que estuviese incorporado dentro de la programación de aula. Al principio costó, porque salíamos fuera de nuestra zona de confort y son muchas las cosas que tiene que hacer un profesor, pero la predisposición de nuestro profesorado siempre ha sido muy buena. Son profesores muy dinámicos y abiertos a explorar nuevas cosas y con mucha sensibilidad con este tema, lo que ha facilitado el desarrollo de este proyecto.

Anteriormente ha comentado que el colegio cuenta con la ayuda del Ayuntamiento en ciertas actividades. ¿Cómo es la relación entre ambas instituciones?

La comunicación con nuestro Ayuntamiento es muy fluida. Aprovecho para agradecerle el compromiso real que muestran con la educación y con el colegio de Las Rozas en particular. Siempre que les solicitamos cualquier colaboración la respuesta es rápida y muy positiva. Pretendemos que ellos puedan ver en nosotros una palanca de cambio para el municipio y que se apoyen en nosotros para cualquier tipo de iniciativas. Participamos en otro tipo de iniciativas,´Desafío de Las Rozas de Robótica´, a nivel deporte también tenemos una presencia muy activa. 

Nos gusta que sea así porque entendemos que una de las claves para que un cole aporte a la comunidad es eso, crear comunidad. En definitiva, es necesario tener una comunicación estrecha con las administraciones locales. 

Además, Las Rozas es un municipio que está volcado con la innovación en los últimos tiempos, ¿qué sinergias ha habido en este aspecto?

Creo que tenemos un papel fundamental y es digna de elogio la apuesta de la corporación municipal de Las Rozas por la innovación. No sólo participamos en proyectos de distinta índole de la parte ambiental, sino también de innovación y tecnología para hacerles más familiar esto a los chavales y vean cómo tiene su reflejo en el mundo real. No se trata sólo de que los chavales tengan en la cabeza que esto son unas posibles salidas laborales, sino que, a través de sus proyectos o maquetas, poner sus conocimientos al servicio de la comunidad.

Llevamos dos o tres años realizando unos proyectos de innovación en el colegio con los alumnos, subvencionados por el Ayuntamiento. Son un ejemplo de cómo trabajar desde el cole con la innovación y con las entidades locales, favoreciendo ese ecosistema que quiere conseguir el ayuntamiento.

Colegio Zola

¿Qué supone para un colegio como éste estar en una zona como Las Rozas de Madrid?

Tiene muchas ventajas. Tenemos que ser conscientes del entorno y de la ubicación en la que nos encontramos para que se comprenda y se comparta el proyecto educativo. El estar rodeado de zonas verdes facilita mucho el proyecto. Es decir, que los alumnos y las familias vean tangible cómo incorporamos ese entorno al proyecto.

¿Cómo sería para usted el colegio perfecto?

Esta pregunta es complicada. La forma elegante de salir es decir que por suerte no existe un único cole perfecto. Al final se trata de conseguir el equilibrio entre entusiasmo y compromiso por parte de todos, una parte de esfuerzo y de trabajo que tiene que estar y hay que potenciar, pero a la vez necesitamos que todos, profesores y alumnos, vengan contentos o sean conscientes de lo que allí va a pasar, va a ser bueno y positivo.

Dice Gregorio Luri que “el cole no tiene que ser un parque de atracciones” y no puedo estar más de acuerdo con él, porque no se trata de pensar que el cole tiene que cumplir una función asistencial de un sitio donde los niños estén de 09:00 a 17:00. Se trata de generar un espacio para que en unos años los alumnos adquieran la mejor de las preparaciones en el sentido amplio, no solo en el sentido académico, sino a nivel personal y social. Creo que el factor humano es lo que diferencia a un buen colegio.

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