Jorge Moratal creció en Las Rozas siendo un amante del cine, haciendo sus propias producciones audiovisuales, especialmente cortometrajes. Ahora trabaja en Hollywood persiguiendo su meta como realizador, aunque no descarta volver a España, donde continúa trabajando en proyectos de series y películas. Este cineasta y roceño de adopción, ha hablado con Las Rozas es Noticia sobre sus próximas películas y series, su gusto por el cine de Tarantino y los Coen y su participación en En el corredor de la muerte, la miniserie basada en la vida de Pablo Ibar.
Cuéntenos un poco sobre usted y cómo empezó en el mundo del cine
Nací en Madrid y me crie en Torrelodones, pero iba al colegio en Las Rozas y prácticamente, todos mis amigos eran de allí. Desde muy pequeño ya hacía películas, con mis amigos, con una cámara de poca calidad en el jardín de mi casa. Y cuando mis amigos crecieron un poco, ya dejaron de querer pasar el tiempo haciendo películas conmigo. Ahí es cuando dije, pues me voy a tener que dedicar a esto profesionalmente sí quiero seguir haciéndolo.
Entonces me metí en la escuela TAI en Madrid, en la que estuve cuatro años. Durante ese periodo empecé a trabajar en alguna película y en temas de la unidad de producción. Estaba sobre todo metido en el equipo de dirección, de lo que llaman un becario de dirección. Me gradué 2018 y estuve un año más en España trabajando. Hice el corto Un Pequeño Paso, y además estuve trabajando en una serie de Movistar que se llama En el Corredor de la Muerte.
En 2019, mandé mi aplicación para USC (University of Southern of California) y a otras escuelas americanas. Al final me aceptaron en USC y me vine a Estados Unidos. Sin saber obviamente que unos meses después, iba a empezar la pandemia y el confinamiento.
La mayoría de tus cortometrajes siguen un estilo de parodia. ¿Qué te inspiró a seguir ese género?
Siempre tiendo a escribir cosas que son un poco mezcla de géneros, por ejemplo, el de Un Pequeño Paso, es de ciencia ficción, pero con comedia. Me gusta encontrar la comedia en el contraste de un género que puede parecer muy serio, pero verlo con perspectiva.
El de Agencia El Roble fue un poco lo mismo. Coger los viajes astrales, que siempre han sido como algo muy elevado y decir “vamos a traerlo aquí, vamos a sentarlo en la realidad”. Si existiesen de verdad los viajes astrales habría agencias de viajes astrales. Lo hice durante la pandemia con los que estaba conviviendo, ya en ese momento estaba viendo con mis primas y con mi tía aquí en Los Ángeles. Y dije, pues ahora vamos a ver qué podemos hacer nosotros cuatro con un móvil y en esta casa.
Explícanos un poco sobre tu participación En el Corredor de la Muerte
La verdad es que fue un proyecto divertido, lo hice empezando enero de 2019. Yo estaba ahí de becario de dirección y sigue siendo el proyecto más grande en el que he estado involucrado. Eran cuatro episodios, pero en cierto sentido estaba como una peli porque era un mismo director, Carlos Márquez Marcet.
Y además, otra cosa que era interesante es que aunque es una serie española y casi todo está rodado en España, hay muchos actores internacionales. Entonces era como un un primer vistazo a cómo funcionaba una producción internacional. Aprendí muchísimo de cómo funciona una serie y una película por dentro.
Y de esos proyectos ¿Cuál ha sido su favorito?
Cada uno tiene su particularidad. Siempre cuando lo estás haciendo, estás muy estresado y pensando esto no va a salir adelante, va a ser un fracaso total. Luego años después, miras hacia atrás y te das cuenta que al final quedó bien y que sobre todo, fue muy divertido hacerlo.
Un Pequeño Paso fue el cortometraje más divertido de hacer. Rodado con casi sin presupuesto, con un presupuesto ínfimo. Lo divertido fue crear un corto de ciencia ficción con muy bajo presupuesto. Tuvimos que crear una nave espacial y el espacio en el garaje de mis padres. Estuvimos ahí tres o cuatro meses y aprendimos a coser para hacer el traje del astronauta, hicimos maquetas de la nave espacial, hicimos una nave espacial, o al menos digamos su cabina.
Y eso fue muy rápido, sobre todo esa sensación de estar trabajando cuatro meses todos los días ocho horas para conseguir todo esto y después, un corto de 3 minutos. Lo divertido del mundo a veces es el proceso más que el resultado final. Y si terminas un corto y te seleccionan en festivales, no es tan importante como el propio proceso y pasártelo bien en ese proceso.
Pasar de hacer tus producciones en el garage de tus padres a trabajar en Hollywood, es un cambio muy grande ¿Cómo se ha sentido?
Al final con la pandemia fue muy parecido, fue estar aislado durante horas y horas. Igualmente, el cambio se nota mucho. Cuando estaba en Las Rozas, sobre todo en el instituto y era una de las dos o tres personas a las que les gustaba el cine y solo tienes un par de amigos con los que hacer cortos pues te sientes Tarantino, te crees un genio total. Y cuando llegas a Los Ángeles, sobre todo a un máster tan competitivo, es un golpe de humildad. Muchísima gente, mucho más talentosa que yo y que trabaja mucho más duro.
¿Se quiere quedar en este mundo de los guiones y los cortos?
El sueño a largo plazo, es dirigir y escribir mis propias películas, a mí me interesa la televisión. Me enamoré del cine con películas por la gente como Tarantino o los hermanos Coen. Este tipo de directores. A más corto plazo creo que todavía me queda tiempo para hacer algún cortometraje más grande, con más ambición, que sirva como paso intermedio.
Mientras tanto, pues lo que venga, si consigo entrar en alguna serie de televisión en Estados Unidos estaría genial, porque eso es un es una forma de aprender mucho sobre la industria desde dentro.
¿Le gustaría quedarse trabajando en el mundo audiovisual de Estados Unidos?
Por ahora, sí. Tengo la suerte de tener dos mercados en los que puedo trabajar e intento mantener las puertas abiertas, es decir, incluso ahora que estoy aquí en en Los Ángeles sigo trabajando con España. Ahora mismo estoy desarrollando una serie en España por ejemplo, y sigo preparando cortometrajes en nuestro país. Realmente dónde me lleve la vida y sobre todo donde pueda hacer películas.
¿Qué dificultades ve en España para las jóvenes en el mundo audiovisual?
En España es muy complicado porque hay muchos menos intermediarios, también porque al final es una industria en la que hay menos dinero. Mientras que en Estados Unidos hay agentes, managers, publicistas, abogados… Hay muchos filtros y es más fácil, al menos pasar uno de ellos y también por la televisión. Ahora mismo en Estados Unidos da muchísimo trabajo, mientras que en España, aunque está en auge, sigue sin producir tantas series como aquí en Estados Unidos.
En España da la sensación que si quieres llegar a dirigir o escribir tus propias películas tienes que hacer cortos y seguir haciendo cortos hasta que funcione suficientemente bien en festivales como para que un productor se interese y quiera producir algo. Mientras que en Estados Unidos parece que puedes ascender de una forma mucho más gradual. Allí hay más puertas a las que llamar.
¿Cuál sería tu meta ideal ahora mismo?
Una película. Tengo varios guiones en el cajón, o sea que con suerte sacar alguna alguno de ellos y poder rodarlo. Ahora mismo estoy mas inclinado a rodar algo en España, por lo menos si es una película. Creo que en España puedes acceder al cine independiente de una manera más directa, mientras que en Hollywood puede ser muy exclusivo.
¿Querría dar algún mensaje a los jóvenes dentro del mundo audiovisual ahora mismo en España?
Seguid haciendo cosas que es lo importante. Igual que nosotros que nos quedamos encerrados cuatro meses en un garaje construyendo una nave espacial. Animo a todo el mundo a que lo haga, porque al final lo único que necesitas ahora mismo es un móvil y unos cuantos amigos que estén dispuestos a hacerlo. Seguid produciendo.