Hablamos con Raúl Capitán, deportista, emprendedor y socio fundador de F45 Training Las Rozas. El centro especializado en entrenamientos funcionales acaba de cumplir un año desde su llegada a Las Rozas.
F45 cumple un año, ¡felicidades! Cuéntanos en qué consiste este centro de entrenamiento y cómo ha evolucionado en este tiempo.
¡Gracias! Mi socio Luis y yo hablamos en marzo de 2021 y me enseñó en qué consistía F45, porque yo lo desconocía. Me puse a investigar y vi que era un método muy parecido a lo que yo estaba haciendo en ese momento como entrenador personal.
El nombre de F45 viene de: “F” de funcional y “45” porque son entrenamientos de alta intensidad de 45 minutos cada sesión.
El objetivo es juntar entrenamiento personal, que es lo que ofrecemos aquí, con un ambiente de comunidad. Trabajamos con diferentes personas con unos objetivos muy afines y lo englobamos en un mismo espacio.
Además, el entrenamiento personal es caro. Y en un gimnasio tradicional, el problema de las clases colectivas es que tienes poca atención personalizada. En cambio, F45 engloba justo esa atención en una clase grupal, con dos entrenadores por clase, y se asegura el trato personalizado en todo momento.
También se diferencia de un gimnasio tradicional por la flexibilidad horaria. Y tampoco es un gimnasio de crossfit. ¿En qué se diferencia?
Sobre todo hay que diferenciar crossfit y entrenamiento funcional.
El entrenamiento funcional se ajusta más a nuestro estilo de vida. Desde una sentadilla, que luego lo transfieres a sentarte en una silla, hasta por ejemplo ir a comprar y cargar con las bolsas y dejarlas en el suelo, como un peso muerto. Son ejercicios más sencillos de ejecutar y aprender para luego poder transferir en nuestra vida diaria.
Aquí tenemos una planificación. Los lunes y miércoles lo enfocamos a cardio; martes y jueves, al trabajo de fuerza; y viernes y sábado, hacemos un mix.
El hecho de que tanto el local como el material sea tan nuevo, supongo que también es atractivo a la hora de captar nuevos clientes.
Sí, sobre todo una de las cosas aquí importantes es que no utilizamos máquinas. Todo lo que hacemos es con nuestro propio peso y añadimos material complementario: balones, pesas, barras…
Las únicas máquinas que tenemos son bicis, remos y los esquiadores, que muchos la sufren cada semana.
Y a una persona que le aburre o desmotiva ir al gimnasio, ¿cómo se le convence?
Aquí cada día es diferente. Cada sesión es distinta a la anterior. Tenemos una base de datos, de muchos ejercicios, que vamos mezclando para no repetir sesiones.
El objetivo es salir de esa monotonía de ir todos los días al gimnasio y hacer lo mismo, es uno de los puntos fuertes que tenemos, la gente no se aburre entrenando.
La franquicia está en Texas, tienen un equipo de atletismo y son los que organizan todas las sesiones de entrenamiento. Al igual que alguien está entrenando aquí, en Las Rozas, otras personas están en Australia haciendo los mismos ejercicios a la vez.
¿Y cuál es el perfil de usuario de F45?
Es uno de los temas en los que nosotros hemos querido hacer mucho hincapié. Hay personas que parten desde cero y también personas muy deportistas.
Los ejercicios se adaptan a cada persona, ya sea por su condición física, por si tiene una lesión, por su nivel…
¿Y cómo se controla la progresión de cada uno?
De ahí parte ese entrenamiento personalizado. Hacemos una valoración de composición corporal para saber cómo está cada uno. Y además los entrenadores están encima de ellos cuando realizan los ejercicios para ayudarles.
Y, por ejemplo, si aquí fallas dos semanas, te llamamos para preguntarte y animarte a volver.
Además, ofrecéis servicio de nutricionista, clave para obtener grandes resultados.
Dentro de la franquicia tenemos una aplicación de nutrición que pueden utilizar todos nuestros alumnos.
Pero es verdad que, para dar un salto de calidad, hemos contratado un servicio de nutrición, porque al final esto es una base de entrenamiento, nutrición y descanso. Son los tres pilares.
¿Cuánta gente forma ya la comunidad de F45 en Las Rozas?
A día de hoy tenemos 127 alumnos disfrutando de los entrenamientos en las diferentes sesiones.
Y trabajando somos cuatro entrenadores. Las expectativas son muy buenas, tenemos confianza en seguir creciendo.
¿Y por qué elegisteis Las Rozas y, más concretamente, Európolis?
Mi socio y yo somos de Majadahonda pero buscamos en Las Rozas porque necesitábamos un espacio grande, una nave de mínimo 200 metros. En cuanto vimos este local, sabíamos que no se nos podía escapar.
Hace 15 años Európolis era más industrial. Ahora tiene viviendas, oficinas, restaurantes… y está céntrico y bien comunicado.