Hablamos con la directora de la Fundación Balder, Lourdes Atrio, sobre el proyecto de destinar ayudas para aquellos niños y niñas faltos de educación escolar.
¿Cuándo nace la Fundación Balder y con qué objetivos?
En el año 2009, el 1 de julio, nace la Fundación Balder con el objetivo general de trabajar para la mejora de la educación. Por ello, nuestros proyectos se centran en ayudas a los estudios y la investigación en educación.
La fundación lleva adelante varios proyectos solidarios, de investigación y de formación, además de ofrecer un programa de ayudas. ¿Cuáles son los principales retos que contempla un proyecto de estas características?
Iniciar cualquier proyecto ya es un reto en sí mismo. Requiere, en primer lugar, tener la visión de aquello que queremos conseguir y a partir de ahí mucho trabajo personal y dedicación, pero esto no nos falta. Y el siguiente reto al que nos enfrentamos es la financiación que, en definitiva, va a ser el motor que nos permita su puesta en marcha.
Recientemente hemos podido ver cómo las niñas de Casa Alegría también han tenido ya su vuelta el cole… ¿Qué es exactamente Casa Alegría? ¿Y cómo es el día a día de estas chicas?
De la mano de Acción Alegra, nace en Togo, la Casa Alegría, que tiene como misión la acogida de niñas huérfanas o en riesgo de exclusión social.
Se financia a través de apadrinamientos de las niñas y donaciones para mejorar las instalaciones.
Actualmente hay 18 niñas de edades comprendidas entre los 6 y 17 años.
Se procura que tengan un ambiente familiar. Todas las niñas asisten al colegio y cuando vuelven a la casa colaboran en las tareas, hacen sus deberes, y también tienen talleres de costura, informática, algo de español, etc. Pero también disponen de tiempo para jugar, cantar y bailar, que les encanta.
El objetivo es que estas niñas, cuando llegan a los 18 años, puedan continuar con estudios superiores o bien integrarse en la sociedad con estudios equivalentes a nuestra formación profesional, en definitiva, abrirles opciones de futuro, opciones que ellas van a elegir.
Este curso financiaremos los estudios superiores de Lucía, que se ha matriculado en filosofía de la educación, lo que equivale a nuestros estudios de magisterio.
Otras dos niñas que ya han cumplido sus 18 años, han preferido estudiar peluquería y costura.
¿Qué otros proyectos y labores realiza la fundación en Togo? ¿Cómo es la situación en el país?
Togo es un país en crecimiento, con grandes contrates sociales. La mujer no cuenta con ayudas, hay muchos niños viviendo en las calles y las niñas llevan la peor parte pues son madres a edades muy tempranas, por eso la casa Alegría se centra en recoger niñas.
El primer proyecto fue ayudar en la construcción de una escuela, después dotarla de mobiliario y libros. La escuela lleva ya años funcionando y van renovando materiales con las ayudas que les enviamos.
También se ha creado un dispensario para atender a bebés huérfanos que quedan en manos de tías y abuelas, donde se les proporciona leche maternizada hasta los dos años.
Los alumnos del Colegio Balder conocen y se ven implicados en este tipo de iniciativas. ¿Cree que las nuevas generaciones están más concienciadas y presentan valores más empáticos?
Todos los proyectos se ponen en conocimiento de familias y alumnos de manera que pueden ver un poco más de cerca otras realidades sociales.
Creo que las nuevas generaciones están más concienciadas. En el colegio trabajamos los valores, la empatía, solidaridad, etc. En definitiva, los objetivos de la agenda 2030.
Esto es algo que debe ser permanente, no sirve que un día celebremos la solidaridad, sino que luchemos por ella todos los días.
Resulta difícil para nuestros niños y jóvenes, que viven en este entorno social mucho más privilegiado, tener presente las necesidades de personas que viven tan lejos. Es ahí donde el trabajo en valores del colegio toma especial relevancia.
Hay quien sostiene que esta situación pandémica que nos ha tocado vivir también nos ha concienciado y vuelto más solidarios. ¿Qué opina?
Estábamos habituados a pensar que la necesidad de ayuda estaba siempre fuera de nuestras fronteras, que aquí no pasaba nada.
Con lo vivido en esta pandemia, hemos aprendido muchas cosas como la importancia de cuidar la salud de nuestros mayores, y a valorar el trabajo de todas las personas que hicieron posible que pudiésemos seguir confinados en casa.
A pesar del aislamiento impuesto, hemos estado más cerca, y en la medida de las posibilidades personales, seguimos cuidando unos de otros. Creo que esta situación vivida nos ha hecho más humanos.
¿De qué maneras se puede colaborar con la Fundación Balder?
Existen muchas maneras de colaborar con la Fundación y con los proyectos solidarios que llevamos a cabo. Cualquier persona que quiera participar puede escribirnos a este mail: info@fundacionbalder.org, donde le informaremos de todo el proceso.
Además, ofrecemos una serie de ventajas para todas las personas que colaboren con la Fundación:
– Las colaboraciones realizadas a entidades sin ánimo de lucro, tienen un descuento fiscal del 25% en la Declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas siempre que no se supere el 10% de la base liquidable de la declaración
– Aumento del fondo de becas
– Compromiso de continuidad de estudios (en el Colegio Balder) por fallecimiento de uno de los progenitores
– Participar en los proyectos la Fundación
– Asistencia gratuita o con descuentos especiales a cursos, talleres conferencias que se organicen.
– Una vez al mes, los socios tendrán la posibilidad de hacer uso de una sala equipada para reuniones o presentaciones.
¿Existen nuevos proyectos y perspectivas para el próximo 2022?
Seguiremos con los proyectos iniciados, ayudas a alumnos del colegio Balder, y colaborando con Casa Alegría. Como ya he comentado, nos hace mucha ilusión financiar los estudios superiores de una de nuestras niñas.
Para el 2022 tenemos nuevos proyectos a la vista, pero aún están en fase de gestación.