Los grafiteros callejeros son una lacra social que existen desde hace muchos años y que hacen un gran daño a las ciudades, a los vecinos y, sobre todo, a los comerciantes.

Por supuesto, nos referimos a aquellos grafiteros que, spray en mano, se dedican a hacer pintadas ilegales en las fachadas o en el mobiliario urbano de la ciudad. Lejos de estos quedan los artistas profesionales que son contratados para determinados trabajos.

Puede considerarse una gamberrada, pero el daño es mayor del que se pueden llegar a imaginar. La semana pasada, por poner un ejemplo reciente y que sirva para entender la situación, un comercio local de la calle Camilo José Cela denunciaba en el Foro de Las Rozas la pintada que había sufrido en su negocio y lo que a ella le suponía.

El mensaje era el siguiente:

«Buenos días por decir algo. Esto es o que me he encontrado esta mañana en el cierre de mi negocio en la calle Camilo Jose Cela. Es la segunda vez que me encuentro una fechoría de este tipo. Es desesperante que intentemos tener todo limpio y cuidado para que luego llegue un desgraciado y te haga esto. El cierre es perforado por lo que también está manchada la puerta y el cristal. Sé que no va valer para mucho pero voy a mandarlo a la policía para ver si reconocen la firma del energúmeno. Estoy muy enfadada de verdad. Ojalá le pillen y le pongan una multa que se le quiten las ganas de hacer el imbécil. Perdonad la charla. Y tened cuidado comerciantes de Las Rozas. Y si alguno sabe cómo se puede quitar esto os agradeceré el consejo. Feliz día.»

La comerciante recibió muchos mensajes de apoyo y algunas propuestas, como la instalación de cámaras de seguridad en su fachada y que contactara con el Ayuntamiento de Las Rozas, que ofrece un servicio de limpieza gratuito ante estos actos de vandalismo.