El Ayuntamiento de Las Rozas, a través de la concejalía de Sanidad, ha adquirido más de 300 medidores de dióxido de carbono (CO2) para su uso, principalmente, en los colegios públicos, concertados y privados del municipio, así como en las Escuelas Infantiles.
Todos los centros educativos recibieron estos dispositivos a principios de mes, al igual que las tres asociaciones para dependientes de Las Rozas: Nuevo Horizonte, CEDEL y Asociación Trébol, así como el Centro de Educación Especial Monte Abantos. A partir de ahora, se procederá a distribuirlos por las diferentes dependencias y edificios municipales.
El alcalde de Las Rozas, José de la Uz, destacó que “todos los recursos que dediquemos a mejorar la calidad del aire, y por lo tanto, a reforzar la seguridad de nuestros alumnos y vecinos de Las Rozas, son pocos”. “Desde la comunidad educativa del municipio se está haciendo un gran esfuerzo en un curso muy difícil, por eso desde el Ayuntamiento tenemos que estar a la altura y poner herramientas como estas a su disposición”, apuntó el regidor.
Instalaciones municipales
Una vez repartidos entre todos los centros educativos del municipio, la concejalía de Sanidad va a proceder en las próximas semanas a distribuir estos medidores de CO2 en todos los edificios y dependencias municipales. “Después de priorizar el uso de estos dispositivos entre la comunidad educativa, queremos también extenderlo a todos los edificios municipales”, apuntó De la Uz.
Así, contarán con estos dispositivos las tres bibliotecas municipales para las salas de estudio y diferentes estancias, los polideportivos para los gimnasios, salas, piscina, hall de acceso, etc.; también se instalarán en todos los edificios con atención al público, como la casa consistorial, la concejalía de Familia y Servicios Sociales; Policía Local, SAMER y Protección Civil, así como la concejalía de Cultura y los dos auditorios, el Centro de la Juventud para sus diferentes aulas; y la Escuela Municipal de Música y Danza para garantizar una buena ventilación en todas sus instalaciones.
Aulas testigo
Esta nueva herramienta con la que se va a dotar a los centros educativos es capaz de detectar los niveles de dióxido de carbono que se genera por la respiración de las personas, con lo que en espacios cerrados tiende a incrementarse. Con la reciente pandemia, esta concentración de CO2, puede ser indicativo de un mayor riesgo de contagio de COVID-19, por lo que su uso en espacios cerrados o mal ventilados es aconsejable.
El nivel del aire exterior es de 400 ppm (partes por millón), y un valor entre 500 ppm y 700 ppm sería considerado como aceptable, por lo que en caso de llegar a 800 ppm, la ventilación sería obligatoria. Los responsables de la concejalía de Sanidad, explican que no resulta necesario instalar un medidor en cada clase, ya que se pueden utilizar las denominadas ‘aulas testigo’, que permiten definir el comportamiento de la concentración para espacios similares en superficie y ocupación.